Dentro de las actividades del plan de lectura de nuestro centro, hemos propuesto a alumnos y profesores que escojan un poema que les haya dejado huella y que nos expliquen la razón de esa elección. Intentaremos traer a esta página cada semana uno de esos poemas y mostrar ejemplos de diferentes gustos y sensibilidades.
El iniciador de esta andadura es José Mª Santos, profesor de Lengua y Literatura, con Cuán nada parece lo que se vivió, de Quevedo
"Este poema de Quevedo, en mi juventud me resultaba desesperante y, a la vez, inquietante. Ahora en la madurez avanzada, es admirablemente soberbio.
¿Por qué?
No desprecia a nadie, no enaltenece a los grandes deseos, no rechaza a los débiles ni admira a los inconsecuentes; ni siquiera se atreve con la carne fresca. Es demasiado serio para las frugalidades de la vida actual y demasiado triste para ser símbolo de la juventud.
Pero no soy una de las personas que piensan en el final. Soy de aquellos que no duda de lo evidente. Y cuando lo evidente está bien descrito, no cabe la posibilidad de dudar.
Clásico, mas magistral".
Cuán nada parece lo que se vivió
"¡Ah de la vida!"... ¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La fortuna mis tiempos ha mordido
Las horas mi locura las esconde.
¡Que sin poder saber cómo ni adónde
la salud y la edad se hayan huido!
Falta la vida, asiste lo vivido
y no hay calamidad que no me ronde.
Ayer se fue; mañana no ha llegado;
Hoy se está yendo sin parar un punto:
Soy un fue y un será y un es cansado.
En el hoy y mañana y ayer, junto
Pañales y mortaja, y he quedado
Presentes sucesiones de difunto.
1 comentario:
me encanto tu blog! Toda la informacion esta grandiosa!
sigue asi y muchas gracias!
Publicar un comentario