Algunos lectores asiduos suelen tener problemas para distinguir la realidad de la ficción (¿existió Ana Karenina?), algo que no ocurre sin embargo en los videojuegos.
Vamos, sería una locura, a nadie se le ocurre convertirse en pieza del tetris...
La gente piensa que los juegos te vuelven loco y que cuando estás en la biblioteca, puede entrar de pronto el comecocos persiguiendo a sus víctimas (ya ves).
Es tan absurdo como pensar que nuestra vida sería en realidad Second Life, y que estamos no viviendo, sino jugando una partida (¿quién manejará el ordenador?).
Yo desde luego es que no entiendo nada. Para mí que lo mejor es leer con tranquilidad, porque la lectura a veces aclara las ideas, distingue las fronteras (por ejemplo, leer La vida es juego, de Calderón de la Barca, ¿no?). Vamos, está clarísimo.
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