miércoles, 28 de mayo de 2008
¿Los libros flotan?
Hace tiempo nos preguntamos si los libros volaban. Hoy la pregunta es más complicada de resolver. Porque flotar, flotar, puede que floten, pero se mojarán, perderán su tinta y quedarán como el cadáver de un calamar herido.
Ahora tenemos una respuesta adecuada que hemos encontrado gracias a Comunicación cultural: los libros acuáticos. Sí, libros que se pueden mojar, libros que puedes meter en la bañera como esos cuentos con los que los bebés pueden bañarse. Ya no hay excusas para leer en la ducha.
La colección la presenta Punto de lectura y está constituida por una salpicadura de libros variados: novelas como El desorden de tu nombre de Juan José Millás o Malinche de Laura esquivel; ensayos como Nuestra incierta vida normal de Rojas Marcos, o libros para sonreír, como los de Pablo Motos y Luis Piedrahita, creadores del programa de televisión de Cuatro El hormiguero.
Por fin podremos leer Veinte mil leguas de viaje submarino en su ámbito natural. Por cierto, ¿para cuándo este título en la colección?
Aunque ahora que me doy cuenta: acuáticos sí que son, pero ¿flotarán? Las preguntas de la vida son siempre eternas.
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2 comentarios:
El marketing editorial da sus frutos. No deja de sorprenderme la iniciativa, pero seguro que atrae a nuevos lectores. La curiosidad puede ser el anzuelo para pescar esta propuesta acuática.
Es sorprendente el interés que la editorial se ha tomado. Vi las imágenes de la Feria del Libro de Madrid y habían dispuesto varios actores de forma cómica leyendo mientras se mojaban.
Ahora resulta que el libro del futuro no es el digital, es el todoterreno (¿libros 4x4?¿libros anfibios?).
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