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viernes, 22 de agosto de 2008

Leed, leed, malditos

A la gente en general aunque no lea, le cuesta trabajo aceptarlo públicamente. Entre los lectores o muy lectores, también cuesta trabajo aceptar no haber leído obras consideradas maestras para algunos y que sirven a los advenedizos para humillar a los sinceros: ¿qué no has leído...? En consecuencia, aunque la lectura no sea una realidad social muy extendida, curiosamente es un ideal social generalizado (paradojas de la cultura).

Sin embargo, muchas de las personas que tienen que leer -y no sólo estudiantes- evitan la lectura por diversas razones que podemos resumir en no ocupar un lugar prominente en su jerarquía de uso temporal (frase eufemística donde las haya). Al caso: todos en algún momento, evitamos leer, dado que es imposible leer originalmente todos y cada uno de los textos. Asistir a cursos, seguir las críticas, consultar enciclopedias y sitios de referencia son formas de evitar cantidad de lectura que no se encuentra entre nuestras prioridades.
Pero que todos eviten leer de una u otra forma, no quiere decir que todos los casos sean iguales. Algunos simplemente evitan leer siempre en todo momento y circunstancia: los negados de la lectura.

Pudiéramos sentirnos orgullosos de los visitantes de nuestros blogs dedicados a la literatura, los libros y cuestiones aledañas y engañarnos, porque muchos de ellos entran buscando resúmenes y datos del libro que quieren evitar leer. Efectivamente, así lo testimonian las palabras y frases que algunos usuarios introducen en google para llegar hasta nosotros entre las que destaca una: resumen (y si no, descargar). Algunos de los visitantes de chats literarios no son aficionados a la lectura, sino analfabetos que buscan desesperadamente el resumen del libro que no quieren leer. Y no sólo es que se nieguen a leer lo que no les gusta: es que no leen nada (o casi), porque hasta buscan resuménes de cuestiones de su especialidad o profesión, o de libros de cuya lectura después presumen ufanos.

Tanta es la tradición de evitar la lectura que siempre hubo libros del estado de la cuestión y libros de texto, como ahora hay sitios webs para vagos o torpes o ligeros o pobres de tiempo lector. Y cierto, también son sitios útiles para cualquiera, incluso para aquel que ya leyó el libro en cuestión y busca datos concretos o recuerdo de su argumento: esas enciclopedias literarias donde se pueden encontrar todos los clásicos resumidos y que los estudiantes nunca encontraron en las bibliotecas (si alguien no busca por ellos, no los encuentran).

Las bibliotecas no son extrañas a este fenómeno. El servicio Pregunte: las Bibliotecas responden es una muestra elocuente. Podemos formular una pregunta y en el plazo máximo de tres días se comprometen a darnos una respuesta. Qué bien, saber que los bibliotecarios leen por nosotros (una de las funciones del bibliotecario) y ya ni siquiera necesitamos ir a la biblioteca a buscar, sino que otros leerán y buscarán por nosotros. Porque los profesionales negados de la lectura siempre se las apañan para que otros lean por ellos -y a algunos les sirve para llegar lejos-.



Así que algunos hasta aceptan ser unos esclavos lectores, como en Cuchitril literario, donde puedes votar en la lista de libros cuál quieres que lea. Lástima que después haga críticas encendidas (y algunas hasta literalmente incendiadas) y los muchos visitantes que tendrá buscando resúmenes sólo encuentren análisis literario.

A pesar de todo, nada empañará la mayor gloria del lector, que es contar, resumir, analizar y divulgar sus lecturas, compartir su tiempo con los demás. Si entre ellos los hay que no comparten sino que sólo fagocitan, ya es otra cuestión, una maldita cuestión sin importancia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me horroriza pensar en sustituir un libro que quiero leer por un resumen que pueda proporcionarme alguien, me importa poco quién. Jamás podría haberle dicho a nadie "eh, lee Los Pilares de la Tierra por mí y cuéntamelo después" o "qué alboroto con El Código Da Vinci, ¿tienes un resumen por ahí, para poder hablar cuando salga el maldito libro en las conversaciones?". Es tremendo... Ni que me lo cuenten ni que me pasen un resumen... leer es un viaje que quiero disfrutar yo en todo su esplendor. Sí, soy lectora voraz confesa :)

patora dijo...

Estoy en desacuerdo contigo sobre algunos puntos. En primer lugar porque no se lee menos: se lee diferente. Aquellos resumenes, enciclopedias y críticas son textos nuevos, diferentes de los que les dieron origen, textos derivados, adaptados a los hábitos de lectura actuales.
Se lee diferente en cuanto a que se lee textos de (mucho) menor extensión y probablemente se lea con menor dedicación, menor profundidad y menor reflexión sobre lo que leemos.
Un texto derivado, leído a la ligera obviamente no puede sustituir al original leído en profundidad. Entonces, ¿porqué lo hacemos?
En primer lugar creo que hay que diferenciar entre lecturas obligatorias y lecturas recreativas. Tengo la obligación de leer ciertos textos. Son los textos de las asignaturas y son los textos que yo quiero leer porque los considero importantes para mi formación y para poder avanzar en la creación de mi pensamiento. Son obligatorios y según la simpatía que tengo con la corriente de pensamiento los leeré en mayor o menor profundidad.
Después están las lecturas recreativas. La profundidad exigida depende de lo que le queramos dedicar. Son nuestras, son propias y debemos defender la libertad que tenemos para leer como se nos cante.
Y me pregunto si la menor profundidad de lectura no viene de la mano con una mayor discusión sobre lo que leemos. Quizás estamos pensando menos solos en nuestro cuartito, maquinando pensamientos y compartiendo más, discutiendo más y construyendo más en forma grupal.
Finalmente quiero citar a una profe muy querida que sostiene que es mejor leer menos, pero en mayor profundidad, bien leído y estudiado. Con la avanalcha de libros y textos que tenemos actualmente, para encontrar estos textos, estas joyas que merecen ser leídas diferentemente, están las críticas, los blogs, las enciclopedias y los resumenes.

BIBLIORIOS dijo...

Patora, en general no puedo estar más de acuerdo con lo que dices. Sin embargo, no menciono en ningún momento que se lea menos, como tu comentas.
Según queda dicho, los resúmenes son útiles, siempre existieron y siempre hay quien los usa de aquella manera, nada más.
Gracias, a ti y a Virginia, por hacernos profundizar en el tema con vuestros puntos de vista.

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