Un precioso cuaderno Moleskine.
Siempre con la impecable perfección de Faravelli.
O sencillo, con la delicia del dibujo de Capecchi y la letra humilde sobre el blanco.
Los que usan collage y letra grande, como este estudiante francés.
También quienes recortan y pegan, recortan y pegan , recortan y pegan...
Y añaden de pronto unas líneas sencillas e inquietantes.
En fin, todos recogen en su madeja el hilo de Ariadna que les sujeta al viaje de su vida, para no perderse en el recuerdo.
Bitácoras de papel o blog de pixel iguales para un sueño.
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