Este es mi padre. Se llama Juan Antonio. Trabajó incansablemente toda su vida. Se jubiló prematuramente por unas cataratas de su oficio preferido: taxista. Del taxi nos quedaron recuerdos siempre sobre un coche, un taxímetro que guardo en mi dormitorio y la curiosidad por el volante, incluidos los de un libro sobre automóviles que miré y remiré constantemente durante años. Sentimental en la intimidad. Distante. Tranquilo. Muy reservado. Debió olvidarse de la lectura al ver todas sus novelas destrozadas por las manos infantiles de mi hermano. Me gustaba ver los toros junto a él por la televisión aunque no me llegué a aficionar nunca y tal vez lo hacía por dejar de estudiar. En ocasiones le regalé libros, que nunca le satisficieron lo suficiente, como tampoco le gustaron jamás los yogures que despreciaba después de comerlos a diario. Su muerte anunciada me permitió compartir con él seis meses de vida cotidiana en cuyas mañanas yo fui su cuidador: primero en el hospital, luego en largos paseos. Fumador empedernido, admiré la forma de sencilla labor con que liaba los cigarrillos Ideales –popular caldo gallina-, un tabaco delicioso que le pedía yo cuando se me acababa (y que también le hurté en no pocas ocasiones). Tengo cerca de mí el bastón que le regalé colgado en la librería que hace de fondo mientras escribo. Murió de cáncer el 20 de septiembre de 1988.
Hoy hago un homenaje a su vida en mi recuerdo y extiendo el altar de nuestros antepasados para que cada cual escriba sobre sus seres queridos. Se lo debemos.
Morir de verdad
La muerte de seres literarios reales o ficticios:
Paula de Isabel Allende
Gandalf de Tolkien
Burlarse de la muerte
Publicidad, humor y un romance
La buena muerte
Agonías y muertes hermosas pintadas por la impresionante
Victoria Francés
Música para después de morir
Muertes que han inspirado a compositores actuales
Merche, Eras tú
Eric Clapton, Tears in heaven
Andrew Lloid Webber, Pie Jesu
Elegías supremas
Muertes que han quedado por escrito en los mejores poemas de la literatura española:
Jorge Manrique, Coplas a la muerte de su padre
Federico García Lorca, Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías
Miguel Hernández, Elegía a Ramón Sijé
Final
Insuperable poema de Cesare Pavese sobre la muerte
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2 comentarios:
Un homenaje escrito desde la memoria y con cariño. De hijo a padre.
Elogiable.
Me ha encantado el "Especial día de los difuntos". He vuelto a oir el tema de Eric Clapton -tan emotivo- o leer poemas que no veía desde hace mucho tiempo. El recuerdo al padre me ha hecho añorar al mío, también fallecido.
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