Y eso que soluciones siempre hay. Lo mismo pones los libros en el salón que en el ropero. ¿O no? Vía: Compradicción.
O en el sofá, vamos. Vía: Vagabondages.
Hasta para los cementerios hay librerías para que no te mueras de pena. Vía: Bookshelf.
Aunque algunos no tienen el problema de dónde guardar los libros, sino de qué guardar en ellos, en los libros "fuertes". Vía: De libros.
Y si guardar los libros es un problema, más problema es guardar los niños después de usarlos. Sin embargo, para leerles algo ya no hay excusas, las familias numerosas deben promocionar la lectura igualmente. Aquí tenemos una magnífica mecedora que servirá para leerles a la vez que mecemos sus sueños (tres plazas infantiles y un adulto). Vía: Livros e afins.
Y para no hacernos un lío y saber por dónde vamos, un marcapáginas es práctico, antes de que se queme, claro. Vía: Livros e afins.
O se desangre, que todo puede ocurrir. Vía: No puedo creer.
Mejor ponerles una sonrisa, que no es plan de ser tan tétrico con la lectura. Vía: Compradicción.
Antes de ir a la cama, tomar unas letritas; digo, unas chocolatinas. Vía: Ministry og type.
Leer el periódico (si es que no estamos sentados encima). Vía: No puedo creer.
Lo mejor es disponer de una buena lámpara librería de mesita de noche. Vía: No puedo creer.
No te vayas a creer: puedes elegir entre varios modelos. Vía: Imatges i paraules.
Y como después ya no aciertas con los ojos cerrados, ten preparada tu estantería nocturna y tu vasito de agua. Hala, a dormir. Vía: Compradicción.
Y no te pierdas los demás:
1 comentario:
Unas propuestas muy interesantes y simpáticas. A más de uno nos vendría bien alguno de estos artilugios, por la falta de espacio ya para tanto libro. ¡Excepto la estantería-ataud! La lectura más allá de la muerte me parece excesiva...¡Saludos!
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